Invierno: cómo abrigar a los niños contra el frío
El invierno es la estación en la que más atención debemos prestar a la ropa de los niños, ya que las bajas temperaturas, el viento y la lluvia o nieve
El verano trae consigo altas temperaturas, mucho sol y actividades al aire libre. Durante estos meses, es fundamental apostar por tejidos frescos, naturales y transpirables, como el algodón, el lino o la muselina. Estos materiales permiten que los pequeños se sientan cómodos incluso en los días más calurosos.
Las camisetas de manga corta, pantalones cortos, vestidos ligeros y bodis finos se convierten en básicos del armario. Es recomendable evitar las prendas demasiado ajustadas y los tejidos sintéticos que pueden retener calor. Para la playa o la piscina, los bañadores cómodos y de secado rápido son indispensables.
Un aspecto esencial en verano es la protección solar. Además de crema de alta protección, no deben faltar los sombreros o gorras con visera, las gafas de sol homologadas y camisetas ligeras de manga corta que protejan los hombros en las horas más intensas de sol. En los pies, lo mejor son sandalias cerradas, deportivas transpirables o cangrejeras que protejan al mismo tiempo que mantienen frescura.
Vestir a los niños en verano no es solo cuestión de comodidad, sino también de cuidar su piel y evitar golpes de calor. La regla de oro: ropa ligera, fresca y protectora.
El invierno es la estación en la que más atención debemos prestar a la ropa de los niños, ya que las bajas temperaturas, el viento y la lluvia o nieve
El otoño es la estación de la transición: los días comienzan a acortarse, las temperaturas descienden y la humedad se hace más presente. Vestir a los niños en esta época
La primavera es una estación llena de color, de días más largos y de temperaturas que empiezan a subir después del invierno. Sin embargo, es también una época de cambios